|
|
El Papel del Maestro
Inicio > Docentes >
Al destacar el papel del maestro, tanto como elemento facilitador del desarrollo y de la expresión de la creatividad, como elemento bloqueador de las posibilidades de crecimiento del niño. Como es de conocimiento general, el maestro puede por un lado, despertar el interés del alumno sobre un asunto o área de conocimiento, y por otro lado, llevarlo a rechazar una determinada materia. Puede concientizar al alumno de sus talentos y posibilidades, o minar su confianza sobre su propia capacidad y competencia. Puede contribuir tanto para la formación de un autoconcepto positivo, como por el contrario, para la formación de una imagen negativa de sí mismo, llevando al alumno a bloquear o inhibir los recursos de su imaginación y capacidad de crear.
Al referirnos al contexto y los recursos instruccionales, estos deben ser concebidos de una forma integrada al abordar propuestas de juego, experimentación, dramatización, actividades estéticas e integradas al quehacer diario en el aula. Que dichas acciones formen parte y a su vez aprovechen los sucesos, de la vida cotidiana, que posean su tiempo y espacio, que estén planificados intencionalmente, pero que sean flexibles, abiertos, que respondan a los intereses de los niños, pero sobre todo que sea creativos para que sean relevantes.
Esta visión significará modificar los abordajes y pensamientos actuales respecto a la formación del niño donde el adulto transmite sus conocimientos, sus valores, sus preferencias y sus gustos, sin un proceso de auto reflexión previa. Su valor reside en el proceso vivido por los niños y las niñas en la construcción de aprendizajes relevantes en torno a la alimentación, el disfrute con su realización y enfrentarse a nuevas experiencias, dando la oportunidad de explorar y experimentar, nuevas sensaciones y sentimientos; creativos, flexibles, innovadores, en función de sus propios intereses, de la curiosidad o de la motivación y predisposición personal.
Por ello, la organización espacial -ambientes del aula- los recursos y estrategias que se empleen deben propiciar que se den unas u otras experiencias. Se debe pensar en espacios integrados que den respuesta a las necesidades de los niños y de los adultos que los acompañamos en su desarrollo, supone organizarlos de tal manera que propicien múltiples relaciones y situaciones de aprendizaje a la vez que ayuden a la adquisición de autonomía. De la misma forma, los espacios deben ser sanos y seguros, evitando riesgos innecesarios sin caer en la sobreprotección, apoyando el uso y disfrute de manera autónoma por parte de los niños y en donde sea posible el acceso a todas las dependencias, los materiales y las personas, con la visión de generar espacios saludables donde se forme en el autocuidado y la salud presente y futura.
La creación de estos espacios en el nivel de Educación Inicial, también deben ser pensados y diseñados, para la promoción de hábitos saludables de alimentación, en función de los recursos que nos rodean, por los materiales que se coloquen en dichos espacios y que estén a disposición de los niños. Su valor no es intrínseco, sino que reside en las posibilidades de acción y relación que les proporcionan, potenciando su mundo de experiencias, facilitando la interpretación de los fenómenos naturales y sociales que los rodean y en los cuales participan. Se propone que los materiales provoquen la investigación y la exploración, que permitan realizar diferentes acciones, usos y experiencias. Además de ser atractivos, deben promover el interés y la necesidad de utilizarlos, deben de formar parte de su contexto cotidiano.
|
|
|